martes, 11 de marzo de 2014

LA BENDICIÓN SACERDOTAL



La bendición sacerdotal

Números 6:22-23
Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:

Números 6:24-26
“Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”.

Números 6:27
“Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré”.

La Palabra de Dios nos instruye por medio de estos versículos sobre la Bendición Sacerdotal. Esta oración se hacia en los servicios ministeriales que realizaban los sacerdotes en el Antiguo Testamento. Ellos recibían el mandato solemne de bendecir al pueblo en el nombre de Jehová. Como lideres espirituales ellos imploraban que Dios bendijera sus vidas en una manera especial. El deseo de Dios era que el pueblo lograre experimentar su bendición y su favor sobre sus vidas. El pueblo de Dios comprendía que cuando el rostro de Dios resplandeciere sobre sus vidas, ¡ellos experimentarían sus bendiciones!

Debemos de ser sinceros y preguntarnos el día de hoy, ¿en verdad deseamos las Bendiciones de Dios? ¿Deseamos que esta oración sea una realidad en nuestras vidas?

El Salmo 80:3, nos dice: “Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos”. ¡Dios nos ha prometido bendición, protección, favor, misericordia, paz y muchas otras bendiciones! No tenemos porque vivir sin esperanza o en un estado de frustración por las situaciones que nos están sucediendo.

Debemos orar el día de hoy porque todo lo se expresa en estos versículos se convierta realidad en nuestras vidas. Dios nos dice por medio de su Palabra que si lo buscamos él hará que su rostro resplandezca sobre nosotros. En Ezequiel 39:29, le dice a su pueblo: “ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor”.

Dios anhela resplandecer su rostro sobre ti, sobre mi, sobre todos sus hijos, pero es necesario que le busquemos y le adoremos en Espíritu y en verdad.

¡Hoy es un gran día para buscar su rostro!



“Gracia y Paz”

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