miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿SIENTES QUE ESTÁS BAJO LA PROTECCIÓN DE DIOS?



Romanos 8:31-34
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”.

En este pasaje, el apóstol Pablo enfatiza fuertemente en la protección de parte de Dios con la que contamos todos los que hemos recibido a Jesucristo como Salvador. “Si Dios es por nosotros”, es decir, si Dios está de nuestra parte, en cualquier prueba en que nos encontremos, cualesquiera sean las circunstancias, “¿quién contra nosotros?” O sea, ¿quién puede hacernos daño? Absolutamente nadie. Si Dios entregó a su Hijo por todos nosotros, “¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” ¿Acaso es posible dudar del amor de Aquel quien dio a su Hijo con el fin de librarnos de la condenación eterna? Y si nos ama tanto, siendo el Dios de todo poder, ¿no nos ayudará y nos librará de todo mal?, (Salmo 37:40), ¿no suplirá todas nuestras necesidades? (Filipenses 4:19), ¿no nos rodeará de su favor? (Salmo 5:12).

Debemos vivir convencidos de que, desde el momento en que recibimos a Cristo, fuimos “hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Y por lo tanto contamos con toda la protección de nuestro Padre celestial. Sin embargo, cuando no tenemos en cuenta esta verdad, el diablo se aprovecha de nuestra ignorancia y trata de intimidarnos y atemorizarnos por medio de sus artimañas. Y muchas veces lo logra, creando un estado de ansiedad y temor en nuestras vidas.

Una pequeña historia ilustra muy bien esta situación. Dice que una mariposa revoloteaba en la parte interior de una ventana de cristal, nerviosamente yendo de un lado para otro, mientras en el exterior un gorrión picoteaba en el vidrio tratando de comérsela. Debido a que el gorrión estaba tan cerca de ella, la mariposa estaba en total estado de pánico. El gorrión persistía en sus intentos de devorar la mariposa, mientras ésta continuaba huyendo aterrorizada, sin darse cuenta de que el cristal la protegía de las malas intenciones del pájaro. Esto es básicamente lo que nos pasa a nosotros cuando no entendemos que nuestra protección proviene del Dios todopoderoso.

El apóstol Pedro en su primera carta exhorta a todos los creyentes a ser sobrios y velar “porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Sin duda debemos estar alertas a las asechanzas del diablo, pero al mismo tiempo confiados de que él no puede hacernos daño si hemos velado y orado, y hemos buscado la protección del Señor. El rey David, a través de su propia experiencia en su relación con Dios, afirma en el Salmo 91:1 que “el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”. Si vivimos bajo el abrigo de Dios, es decir si buscamos su rostro diariamente por medio de la oración, si leemos su Palabra y la obedecemos, entonces podemos contar con su protección, y podemos afirmar que nada ni nadie podrá hacernos daño, pues, como declara el pasaje de hoy, “si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”

Es maravilloso poder aferrarnos de la poderosa verdad que nos muestra este pasaje: Victoria en Cristo, quien murió, pero “que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”; y a través del cual ha venido la salvación, el poder, el reino y la autoridad divina. Pero debemos recordar que si queremos contar con la protección y el poder de Dios, debemos vivir bajo la autoridad de su Hijo Jesucristo. Y esto sólo podemos lograrlo estableciendo una íntima comunión con el Señor y fortaleciendo nuestra fe por medio de la lectura de la Biblia y la oración cada día de nuestras vidas.

ORACIÓN:
Padre, ayúdame a vivir confiando en la protección que tu me das día con día. Permíteme entender la necesidad de someterme a la autoridad y el control de tu Hijo Jesucristo, para disfrutar de la victoria que él obtuvo en la cruz del Calvario. Hoy te pido que tu Santo Espíritu me ayude a echar fuera de mi a todo espíritu de temor y que tu protección y cuidado estén sobre mí y mi familia. En el nombre de Jesús, Amén.


“Gracia y Paz”

Dios te Habla

¿QUE CARACTERÍSTICAS TIENE LA SANA DOCTRINA?


Lo que a continuación les comparto no es lo que yo creo que debe de ser la Sana Doctrina, sino lo que la propia Palabra de Dios nos dice que debe de ser.

1.- ES CONFORME A LA PIEDAD:

1 Timoteo 6:3-4
"Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales".


2.- ES SANA:

Tito 2:1
"Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina"


3.- ES PURA:

Tito 2:7-8
"…preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de vosotros".

Cuando no se sigue o no se tiene una base doctrinal sana se corre el peligro de dar lugar a espíritus engañadores, doctrinas de demonios y vientos de doctrinas que conducen a la perdición (léase también Efesios 4:14).


4.- SE BASA EN LA BIBLIA:

La base de toda enseñanza o predicación debe ser La Biblia y únicamente La Biblia, porque está escrito: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17).

Por eso es verdaderamente lamentable que en muchos púlpitos se cambié La Biblia por humanismo, psicología, doctrinas paganas de hombres, etc.

No es correcto fundamentar las enseñanzas o prédica en experiencias personales, alabanzas, sueños, etc., porque La Biblia contiene el mensaje que Dios quiere trasladar a su pueblo, porque "Todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza" (Romanos 15:4).

Constantemente vemos en La Biblia que la predicación y la enseñanza que provienen del Señor tienen su cimiento en La Biblia (Hechos 13:49; 15:35; 16:32; 19:10; 1 Pedro 1:25).


5.- DEBE SER CON DOCTRINA:

La Biblia dice: "el que enseña, en doctrina", mostrándonos que toda enseñanza debe coincidir con lo escrito en La Biblia y concordar con la doctrina expuesta por los apóstoles"; es decir que, el ministro o maestro no debe trasladar enseñanzas que contradigan el contexto bíblico y lo expuesto por su autoridad, por muy inspirador o hermoso que se escuche (1 Timoteo 6:3-4), porque se da lugar a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.

1 Timoteo 4:1
"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios…".


6.- DEBE SER PARA ENSEÑAR:

La Biblia en Romanos 12:6-8 traduce "el que enseña, úselo en la enseñanza"; es decir que las personas con el conocimiento de La Palabra de Dios, no deben utilizarlo para engrandecerse a sí mismas, ni para hacer sentir mal a los que escuchan y no saben, ni tampoco para rivalizar con otras personas para ver quien sabe más; sino que se debe enseñar para que el Pueblo de Dios sea edificado y conozca más al Señor y su Palabra.

Se puede enseñar con doctrina, discurso ordenado, didáctica y más, pero si se carece del don de enseñanza, no se obtendrán los resultados que Dios desea, porque la enseñanza será solamente un traslado de conocimiento; sin embargo, si al enseñar tenemos doctrina, discurso ordenado, didáctica y el don de enseñanza, entonces sí estamos siendo vasos útiles en las manos de Dios y estamos educando, por La Palabra, la nueva vida de los que oyentes y esa enseñanza influenciará permanentemente su conducta, para transformarlos cada vez más a la imagen de nuestro Señor Jesucristo.

En el libro de los Hechos 18:24-26 leemos: "Llegó entonces a Efeso un judío que se llamaba Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en Las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor, y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente a Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando lo oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios".

En este caso vemos el ejemplo del cristiano que enseña sin tener el don de enseñanza. Apolos es el ejemplo del cristiano que tiene doctrina, discurso ordenado, didáctica, etc., pero no tiene el don de enseñanza porque no tenía el bautismo con el Espíritu Santo, pero Priscila y Aquila, representan a los cristianos que tienen doctrina, discurso ordenado, didáctica y el don de enseñanza, y por ello le enseñan el camino de Dios con mayor exactitud.


7.- DEBE SER EXPLICADA Y ACLARADA:

Cuando enseñamos la Palabra de Dios debemos explicar y darle el sentido bíblico de lo que significa el pasaje que exponemos. Esta necesidad es evidente cuando se enseña a diferentes grupos de personas, porque no se puede enseñar de la misma forma a niños que a jóvenes, adultos o ancianos, y aún es diferente enseñarle a los mismos grupos de personas de diferentes culturas.

A los niños hay que enseñarles con juegos, dibujos, juguetes, etc., a los adolescentes se les debe enseñar de manera que la exposición les sea atractiva y que los rete a entregar su juventud al Señor. Los adultos por su experiencia en la vida y su madurez, no tienen las mismas necesidades que los jóvenes, y la forma de enseñar a los ancianos es diferente porque tienen necesidades diferentes.

En Lucas 24 leemos cómo el Señor Jesús les abrió el entendimiento a sus discípulos para que comprendieran las Escrituras (Lucas. 24:44 al 45).


8.- DEBE SER CONSTANTE:

En Nehemías 8:18 se lee que Esdras leía día tras día el libro de La Ley de Dios. Esto indica que la enseñanza debe ser un proceso constante en las congregaciones; un fácil ejemplo lo vemos en las escuelas, donde el alumno debe asistir diariamente, cierta cantidad de horas para ser enseñado. Por esta razón hay Iglesias donde existe el departamento de Discipulado, que enseña y delega a personas para transmitir la enseñanza en los hogares.


9.- NO PONER CARGAS SOBRE LOS OYENTES:

En los versos nueve al doce se lee que Nehemías, Esdras y los levitas que enseñaban decían a todo el pueblo: "no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. Y les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen aparejado; porque día santo es a nuestro Señor; y no os entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fortaleza". Esto muestra que la persona que enseña no debe poner cargas sobre el pueblo.

En Lucas 11:45 al 46 leemos: "Y respondiendo uno de los doctores de la ley, le dice: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas á nosotros. Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, doctores de la ley! Que cargáis á los hombres con cargas que no pueden llevar; mas vosotros ni aun con un dedo tocáis las cargas". Aquí, el Señor confrontó a los escribas porque con la interpretación y enseñanza que daban, ponían cargas sobre el pueblo que ellos no se atrevían a mover con un dedo.


10.- LA INVOCACIÓN A DIOS:

En Nehemías 9:4, leemos que los levitas: "Se levantaron luego sobre la grada de los levitas, Jesúa y Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta al Señor su Dio". Esto nos muestra la necesidad de depender de Dios para obtener el alimento celestial, al estudiar La Palabra. La dependencia de Dios es una garantía para el expositor y los oyentes, porque hará que el expositor busque, clame y llore delante de Dios para pedir el alimento espiritual. Un ejemplo de esto lo vemos en Éxodo 16:15 "Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? Porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: es el pan que Jehová os da para comer", porque los israelitas debían salir diariamente a recoger su alimento, el mana, figura de la Palabra de Dios.

En esta ocasión solo hemos visto algunas características de la Sana Doctrina, ya que este tema abarca también muchas técnicas y métodos que son muy importantes para la edificación de quienes estamos aprendiendo la Palabra de Dios. Por ello animo a quienes enseñan a que lo hagan transmitiendo el evangelio y la doctrina de Jesucristo en su pureza bíblica, con su corazón y su vida en ella.


“Gracia y Paz”

Aprendiendo la Sana Doctrina