martes, 30 de abril de 2013

¿CONOCES LAS CONSECUENCIAS DEL NOVIAZGO PRECOZ?



“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1).

El noviazgo es una etapa en la vida de los seres humanos, para unos feliz y dichosa, pero para otros llena de altibajos, tormentosa y hasta funesta. Por lo tanto es bueno que podamos proyectarnos hacia dónde nos puede conducir el noviazgo en sí.

Ciertamente las Escrituras no legislan de forma específica lo relacionado con el noviazgo. Esto ha quedado en manos de los novios, la familia y la Iglesia. Pero sí existen principios bíblicos por los que podemos guiarnos, para que éste hermoso período sea de bendición en nuestras vidas y no se convierta en un penoso recuerdo.

Creo que absolutamente nadie se embarcaría en una relación de carácter sentimental a sabiendas de que va a salir herido tanto emocional como físicamente, pero en realidad esto está ocurriendo en un número cada vez más considerable de parejas de jóvenes que manifiestan que se han comprometido en una relación de “noviazgo”. Consecuentemente, creo que es necesario trazar las posibles consecuencias que un noviazgo podría traer, entre ellas:

Besos, caricias y manoseo: Se ha tomado como algo ya normal el que dos personas que inician una relación de “novios” tengan expresiones de amor y el afecto que dicen sentir el uno hacia el otro, con acciones como los besos, las caricias y el manoseo que les conducirán invariablemente a la excitación sexual. Para muchas personas esto es algo “normal”, pero para los creyentes en Jesús, es una transgresión a lo dictaminado por Dios en su Palabra y por lo tanto considerado como un pecado. La Biblia en Colosenses 3:5 nos dice: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”. Este tipo de acciones deberían ser sólo y exclusivamente para expresarse dentro de los límites de un matrimonio ya constituido.

Masturbación: Desde pequeños se tiene la tendencia a tocarse los genitales, en parte por exploración y en parte porque produce placer. En el “noviazgo”, en donde hay besos, abrazos y caricias cada vez más subidas de tono, invariablemente producirá una excitación sexual creciente y para muchos una forma de satisfacer esa demanda de deseo sexual es la masturbación. La masturbación debe verse como la auto-manipulación de los órganos genitales para producir un placer orgásmico y puede llegar a ser un hábito arraigado, que encierra el inconveniente de la dependencia psicológica que recorta la libertad de la persona. La masturbación es un indicio de que el joven tiende a la depresión, tiene problemas familiares o de ajuste social. Quien se masturba está atrayendo sobre sí mismo complejos de culpabilidad; fomenta su egoísmo y se prepara físicamente como un fuerte candidato de eyaculación precoz en la vida de casado.

Pérdida de la virginidad y el llegar a ser sexualmente activO: La atmósfera de erotismo que rodea al noviazgo actualmente, los bombardeos gráfico-sexuales a través de los medios de comunicación, los bailes mundanos modernos, los programas de televisión, las películas sensuales y hasta pornográficas de Hollywood y muchas modas juveniles que tienden a la exhibición del cuerpo que son impuestas por gente sin temor a Dios, invitan constantemente a la pérdida de la virginidad y a ser sexualmente activos. Resulta, para nuestro criterio, increíble que hoy en día prácticamente se haya degradado la virginidad a planos en que se desprecia, se ridiculiza y hasta se demerite a alguien que quiera llegar virgen al matrimonio.

Embarazo en la adolescencia: Los adolescentes por lo general enfrascados en un noviazgo sin límites ni barreras, llegan a un punto en que no pueden controlar sus impulsos y acaban teniendo relaciones sexuales (“haciendo el amor”) con la falsa esperanza (ignorancia) de que a ellos no les va a pasar nada. Sin embargo, tienen una probabilidad de embarazo más alta de lo que ellos piensan. Los problemas de este tipo de embarazo son realmente serios: La embarazada ve su condición como una desgracia, una maldición o peor, un castigo de Dios.  Acude al muchacho que por lo general oscila entre los 14 a 18 años, el cual no quiere ni puede aceptar la responsabilidad de sus hechos. Ella le planteará el problema a sus amigas, quienes le aconsejarán (al igual que su novio) que lo aborte. Y por último se enterarán sus padres quienes en el mejor de los casos, pensarán en un matrimonio obligado y en el peor de ellos, en la posibilidad del aborto o en echar a la calle a esta “mala hija”,  “prostituta”, “maldita” y demás términos por el estilo. Si la joven decide tener el hijo, las dificultades serán muchas. No podrá seguir sus estudios y en la mayoría de los casos se verá seriamente limitada por unos ingresos muy escasos.

Enfermedades de transmisión sexual: Los adolescentes que por lo común mantienen relaciones sexuales, constituyen el grupo más vulnerable para adquirir todo tipo de enfermedades transmitidas sexualmente, entre muchas: la clamidiasis, el herpes genital, la sífilis, la gonorrea y el sida. La mejor manera de proceder en relación con las ETS es la prevención. Los jóvenes y adolescentes de ambos sexos deben conocer los peligros de las ETS y ser apercibidos del alto riesgo de infección a través de la actividad sexual fuera de los cauces del vínculo sagrado del matrimonio. Es necesario recalcar que los preservativos, si bien disminuyen el riesgo de contraer enfermedades, conllevan cierto margen de error. La única forma ciento por ciento segura para evitar el contagio es la abstinencia sexual (antes de casarse) y la fidelidad (al estar casado).

El matrimonio: Se hace necesario apuntar que un “noviazgo” bien establecido nos llevará al matrimonio en el que la visión de la sexualidad lejos de ser algo de naturaleza sucia e inferior, tiene su origen en nuestro Creador y es algo hermoso y trascendente, que puede ser una bendición para la constitución de hogares bien fundamentados y estables donde el milagro de la transmisión de la vida colme los legítimos deseos de gozo que todos los seres humanos tenemos.

Dejo a continuación algunos consejos para los adolescentes y jóvenes que están atravesando esta etapa tan crucial en sus vidas y que quieren agradar a Dios:

Deben, en lugar de buscar lazos sentimentales y emocionales, disfrutar de buenos amigos, de sana actitud, de trato agradable y respetuoso, que no sean mal intencionados ni morbosos.

Participen de actividades de grupo: recreativas, deportivas, sociales, de entretenimiento. Gocen su juventud de una manera sana, verán que en esa convivencia encontrarán afecto sin necesidad de comprometer sus sentimientos peligrosamente en un noviazgo infructífero.

Prepárense para la vida. Este punto es de suma importancia, por que de ello dependerá todo su futuro, ya que lo oportuno y vital en sus primeros años de juventud es prepararse: capacítense, estudien, gradúense, trabajen, construyan el futuro nido de amor. Todo es a su debido tiempo.

No se apresuren a caer en una relación comprometedora, nunca se van a quedar solos. Hombres y mujeres siempre habrán para elegir el mas conveniente y en el momento oportuno; sobre todo, el que Dios les tenga destinado. Así que busca a tu novio o novia dentro de la iglesia, que comparta tu fe, y desea siempre que sea más espiritual que tu.

Por último yo le digo a todo joven y señorita: Cuídense de las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Esto marcaría sus vidas para siempre. Jamás volverían a ser los mismos. Un enorme sentido de culpabilidad, indignación, repulsión, suciedad y carga vendría sobre ustedes de saber que le han fallado a Dios y a sus padres. Recuerden que el pecado siempre trae consecuencias, pero hacer la voluntad de Dios trae bendición sobre nosotros. Amén.

La Palabra de Dios nos dice:

“Honroso sea en todos el MATRIMONIO, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4).

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús….” (Colosenses 3:17)

“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor” (2 Timoteo 2:22).

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?” (2 Corintios 6:14-15).



“Gracia y Paz”
Noviazgo y Matrimonio

¿ESTÁ TU VIDA ESPIRITUAL EN ASCENSO?



Colosenses 3:1-10
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”.

Un piloto estaba volando por encima del desierto de Arabia, cuando se dio cuenta que su avión necesitaba combustible, por lo que aterrizó en un oasis en el cual había una estación de servicio, y allí llenó el tanque de su avioneta. De nuevo despegó, y al poco tiempo se encontraba volando sobre un área montañosa. Entonces escuchó un ruido detrás de él como si alguien estuviera arañando y royendo algo. Parecía que un animal se había introducido en el fuselaje del pequeño avión. El piloto se alarmó mucho, pues sabia que si un animal se comía los alambres eléctricos podía provocar un grave accidente. Pero era imposible aterrizar en aquel terreno tan escarpado. Entonces se le ocurrió una idea. Puso el avión en dirección de ascenso y aceleró al máximo, elevándose más y más hacia el cielo hasta que cesaron los ruidos. Mas tarde, cuando aterrizó en un aeropuerto, encontró una enorme rata del desierto que se había colado en el avión sin que él se diera cuenta cuando se detuvo a echar combustible. No estando acostumbrada a la altura del desierto, la rata no pudo sobrevivir cuando el avión se elevó a una altura mucho mayor.

Lo mismo sucede en nuestra vida espiritual. A medida que “nos elevamos” espiritualmente, y nos acercamos más a Dios, nuestra naturaleza pecaminosa y los malos hábitos del pasado dejan de existir. Los viejos patrones de vida no pueden sobrevivir en el nuevo nivel espiritual. Por eso, en el pasaje de hoy, el apóstol Pablo exhorta a los cristianos de la iglesia de Colosas a que busquen “las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. Y enfatiza en ello con una serie de instrucciones dirigidas a revelar en ellos la vida de Cristo. Con ese fin les dice: “Poned la mira en las cosas de arriba...”; “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros...”; “Dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.”; “No mintáis los unos a los otros...”

Ciertamente es nuestra responsabilidad actuar como hizo aquel piloto para salvar su vida. En primer lugar busquemos “las cosas de arriba”, fijando en ellas nuestra mirada, y “acelerando al máximo”, elevando nuestro nivel espiritual cada día de nuestras vidas. Quizás no siempre podamos lograrlo por nuestras propias fuerzas, pero si somos constantes en esta búsqueda, el Espíritu Santo nos recordará todo lo que Jesús dijo (Juan 14:26), y nos dará las fuerzas para llevarlas a la práctica (Efesios 6:10). Entonces podremos decir como dijo Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

Para ello es imprescindible vivir una vida de comunión con Dios por medio de la oración y la lectura de la Palabra diariamente, meditando en ella, y aplicándola en nuestro diario vivir.

ORACIÓN:
Bendito Padre celestial, te ruego me des fuerzas y me capacites para actuar conforme a lo que me enseña tu Palabra, haciendo morir lo terrenal en mí, y dejando todo aquello que no glorifica tu nombre. Fortaléceme por medio de tu Espíritu, para que la imagen de tu Hijo se vea reflejada en mi testimonio. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla