viernes, 5 de julio de 2013

Salmo 51:10-11


¿Hay algún pecado que te agobie, que no te permita sentir la paz que solo el amor de Dios nos da? Clama como el Salmista y pide a Dios que te perdone, que llene de Amor y de su Santo Espíritu.

El Rey David estaba arrepentido de su pecado, pero el verdadero avivamiento, el verdadero y genuino amor, no contaminado, le provocó reconocer su pobreza espiritual, su desesperada necesidad del Amor Sobrenatural que perdona todos los pecados a través del Perfecto Sacrificio de Jesús.


“Gracia y Paz”

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