lunes, 15 de octubre de 2012

EL AYUNO BÍBLICO


Lucas 18:9-14
“A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”.

Muchos hermanos se hacen preguntas sobre el ayuno; estas interrogantes y confesiones en la mente de muchos a causa del énfasis desmedido y antibíblico que algunos le imprimen al ayuno. Desde un punto de vista natural y humano el ayuno ha sido practicado en todos los tiempos y en todas las naciones, especialmente en tiempos de pena y de aflicción, pues la constitución del cuerpo humano bajo tales circunstancias de dolor, rehúsa el alimento.

El Ayuno Judío.- En la ley ceremonial dada por Dios al pueblo hebreo por medio de Moisés, Dios estableció un día de ayuno al año para toda la nación, el día de la expiación en tiempos del profeta Isaías, o sea 1,000 años después de establecida la ley de Moisés, los judíos ya habían fallado el propósito y el espíritu del ayuno, y Dios tiene que reprender, leemos: “¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente, no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto”, Isaías 58:3-4.

Aquí podemos ver claramente que ellos ayunaban, pero a la vez murmuraban, hacían su gusto, su voluntad; ayunaban pero a la vez oprimían, contendían y debatían, a ver cuál ayunaba más días, se herían. El ayunar así, cuantos días uno ayune, no tienen ningún valor, Dios no oye.

En tiempos del profeta Zacarías, o sea, 1,200 años después de la ley de Moisés, los judíos tenían 4 ayunos principales al año en vez de uno, como Dios había establecido: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz”, Zacarías 8:19. Dios les pregunta por boca del mismo profeta Zacarías, ¿habéis ayunado para mí? La respuesta es no, leemos: “Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?”, Zacarías 7:5.

Y en el tiempo de Cristo, o sea 500 años después de Zacarías, los judíos tenían 104 ayunos al año; por eso el fariseo alardeándose en su oración dice: “ayuno dos veces a la semana” (Lucas 18:12). Con este maratón de ayunos, 104 ayunos al año sólo por ayunar, ellos crecían en la letra de le ley pero no en la gracia de la justicia de Dios, pues no eran justificados. El ayuno en sí mismo o el número de días que uno ayune, para hacer mención o hacer alarde de ello no tiene validez en la presencia de Dios. Por eso, Dios por medio del Profeta Jeremías les dice: “Cuando ayunen, yo no oiré su clamor…”, Jeremías 14:12.

El ayuno bíblico significa abstenerse de alimento para dedicarse a Dios, no es dejar de comer y dedicarse a hacer otra cosa, el ayuno bíblico humilla el alma delante de Dios, crucifica sus apetitos negando sus deseos, para dar todo el tiempo a Dios y a la oración. La oración en muchas ocasiones necesita del ayuno bíblico para su eficacia, el ayuno bíblico ha logrado grandes victorias combinado con la oración, con la fe; el ayuno bíblico es una doctrina bíblica, ¿y cómo es el ayuno bíblico?; nuestro Señor Jesucristo ofrece instrucciones específicas sobre cómo es el ayuno bíblico. Él dice: “Cuando ayunéis no seáis como los hipócritas, austeros, porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa; pero tú cuando ayunes unge tu cabeza y lava tu rostro para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu padre que está en lo secreto, y tu padre que ve en lo secreto te recompensará en público”, Mateo 6:16. Nadie debe saber que estamos ayunando, cuántos días estamos ayunando, o cuántos días tuvimos de ayunar, Jesús dice que hacer alarde sobre el ayuno es hipocresía y fariseísmo; Jesús dice que hagamos el ayuno bíblico, pero no mostrar a los hombres que ayunas.

Todos los cristianos debemos practicar el ayuno bíblico, en el Nuevo Testamento, no ofrece reglas en cuanto a cuán largo debe ser el ayuno, con cuánta frecuencia o con cuántos días, esto es determinado por la persona misma, en secreto con Dios y conforme a su deseo y necesidad, conforme a la Palabra de Dios, podemos ver claramente que el ayuno debe tener un propósito definido y practicarse por necesidades definidas. En la Biblia tenemos casos por boca del profeta, convocaba al pueblo al ayuno y al arrepentimiento, ante la inminencia de algún juicio, ahora mismo que es bíblico y correcto, que el pastor, con dirección de Dios convoque a la iglesia al ayuno por una necesidad de la misma. En cierta ocasión, cuando los discípulos no pudieron sanar a un endemoniado, le preguntaron a Jesús y respondió diciendo: “Este género no sale sino con oración y ayuno” (Mateo 17:21), aquí la razón principal que dio el Señor es por la poca fe, la fe necesita la oración, y la oración necesita el ayuno; por intermedio de la oración y el ayuno y meditación de la Palabra de Dios, la fe es fortalecida, y entonces se manifiestan los resultados milagrosos.

El ayuno, o los muchos días de ayuno que uno pueda hacer, no son para uno ganar méritos, ni para establecer un récord de ayuno, ni para impresionar a la gente, ni a Dios ni a los demonios; uno ayuna para cultivo y fortalecimiento de su propia vida espiritual, quien ayuna en un día o quien ayuna en 41 días no debe estarlo proclamando, el Señor enfatiza que esto debe ser un asunto privado, secreto.

El ayuno excesivo y sin propósito alguno, que hace que la salud se quebrante, y que hace que se desatienda la familia, y por lo mismo surgen escándalos, es contrario al buen testimonio del Evangelio. Conozco bien un caso de uno de esos mal llamados “profetas”, que le profetizó a un Pastor que tenía que quedarse en la casa en ayuno, sin venir a la iglesia por espacio de dos semanas; el tonto pastor creyó la falsa profecía y a la semana tuvo que salir de su encierro por que el falso profeta le dividía la iglesia. En el desierto, Satanás sugirió a Cristo que realizara obras de poder, como transformar las piedras en pan y lanzarse desde las almejas del templo, y el Señor lo rechazó, los escribas y fariseos, inducidos por el mismo Satanás le decían a Cristo: “Maestro, deseamos ver de ti señal”, Mateo 12:38. “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo” Mateo 16:1. “Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? Juan 6:30.

El verdadero ayuno bíblico no es para acumular días, ni para ver quién resiste más, el Señor dice que no hay que mostrar nada a los hombres; a nadie le interesa; la recompensa del que ayuna proclamándolo es que todos saben que está ayunando, y saben también cuántos días ayuna, esa es su recompensa, pero el que ayuna para el padre celestial, el Padre que ve en secreto le recompensará en público. El ayuno mismo, ni la cantidad de días de ayuno que uno haga no es lo que realmente cuenta delante de Dios, sino los motivos del corazón y el espíritu con que se haga.

El fariseo ayunaba dos veces en semana, o sea 104 ayunos al año, y en sus ayunos oraba diciendo: “… Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano” (Lucas 18:11-12). Por medio de sus muchos ayunos él quería aparecer más espiritual que nadie, leemos: “Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro…” (Lucas 18:13-14).

El publicano no ayunó, y si ayunó no lo mencionó, no hay que mencionarlo. Es un triste hecho que se repite en la experiencia de muchos, que cuando se hacen ayunos que no se hacen conforme a la Biblia, hallan el peligro de extraviarse de la sana doctrina, de oír voces, de recibir visiones y revelaciones raras que tampoco son conforme a la Palabra de Dios. En 1 Timoteo 4:3 dice que “prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad”. En ese mismo pasaje nos dice la Biblia que esos espíritus engañadores, en un intento de aparecer más santos y más puros que la Biblia misma, ellos prohibirán casarse, el incauto lo cree, pero el casarse o no casarse no añade ni quita santidad a nadie, la Biblia dice: “Honroso sea a todos el matrimonio y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios”, Hebreos 13:4.

Hace algún tiempo un hermano recién convertido me dijo que sentía por el Señor ayunar 40 días, encerrado en una urna de cristal en medio de una importante plaza, para que todos vinieran y muchos se arrepintieran, le orienté y le mostré por la Biblia que eso no podía venir del Señor; él comprendió y vive agradecido de la orientación recibida. Hace algunos años, se dio el caso de un predicador radial muy conocido, que ayunó 40 días; y al terminar los 40 días de ayuno, comenzó a proclamar, dizque una nueva revelación que había recibido, o sea el unitarismo, mejor conocido como JESUSSOL, lo cual sabemos que no es una nueva revelación, sino una antigua herejía, y cada vez los errores y falsas doctrinas de esa persona son más horribles. Siempre hay que tener mucho cuidado con aquellos que toman la oración y el ayuno, o los muchos días de ayuno que hacen y lo proclaman como un medio de propia promoción y para ganar notoriedad entre el pueblo.

Nuestro Dios, hastiado de tanto maratón de ayuno, de tanta competencia dice: “He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto”, Isaías 58:4.

Oremos y ayunemos como Dios manda, y tiene que ser como Dios manda en su santa Palabra, nuestra vida cristiana tiene que ser gobernada conforme a la santa Palabra de Dios, tiene que ser como dice la Escritura.

“Gracia y Paz”
Aprendiendo la Sana Doctrina

PROPIEDADES DE LA PAPAYA (2)


La papaya es una de las frutas tropicales con muchas propiedades medicinales y unido a su delicioso sabor hacen que sea muy popular y apreciada. ¿Quieres saber cuales son las propiedades de la papaya y conocer que minerales y vitaminas aporta?

La papaya es una fruta tropical muy popular ya que, además de su buen sabor, tiene tantas propiedades que los nativos de Costa Rica y México la conocen como la fruta del árbol de la buena salud. También se conoce a la papaya con otros nombres: melón zapote, mamao, naimi, capaídso, fruta bomba, lechosa, mamón, nampucha, pucha y paque.

Tiene una forma ovalada (como una pera muy grande), piel amarillenta, semillas negras y una pulpa o carne rojiza. Su árbol se llama papayo.

Ese sabor tan particular que tiene la papaya hace que sea muy apreciada a la hora de elaborar postres, jugos, yogures, macedonias de frutas, helados, etc.


Propiedades MEDICINALES de la papaya

·     Combate el estreñimiento ya que actúa como un laxante suave.

·     Agiliza cicatrizaciones externas e internas (por ejemplo las úlceras gástricas).

·     La papaya facilita el bronceado gracias a que contiene gran cantidad de Retinina (facilita la acción de la Melanina).

·     Elimina los parásitos intestinales. También ayuda a eliminar las Amebas que son responsables de muchas diarreas crónicas ya que sus semillas frescas son muy ricas en un nutriente llamado Carpasemina.

·     Ayuda en los problemas de estreñimiento y digestiones pesadas.

·     La papaya facilita la digestión y calma el dolor e inflamación del estómago gracias a que contiene una enzima llamada Papaína. La Papaína es una enzima similar a la pepsina humana que desdobla las proteínas y favorece el proceso digestivo. Por eso la gente siente que les ayuda a digerir las carnes y las comidas pesadas. Así pues hay que tomar papaya siempre que nuestra digestión necesite secreciones gastroduodenales y pancreáticas (las típicas digestiones muy lentas). La papaína tiene también propiedades analgésicas o sea calmantes del dolor. Muy útil en caso de gastroenteritis, colitis y colon irritable gracias a su efecto suavizante y antiséptico sobre los intestinos. Cuidar que la papaya no esté excesivamente madura ya que disminuye la cantidad de papaína.

·     La papaya es gran amiga de nuestra piel ya que nos ayuda a limpiarnos por dentro. El jugo puede quitar las manchas de la piel y mejorar los eczemas.

·     Efecto alcalinizante del organismo (ideal para personas con acidosis).

·     Refuerza la inmunidad gracias a su alto contenido en Vitamina C.


Propiedades de la papaya para perder peso

La papaya es la fruta ideal si queremos hacer un poco de dieta ya que es baja en calorías y rica en nutrientes. La cuestión es simple: debes beber todas las mañanas en ayunas un buen vaso de zumo de papaya. Simplemente licua la pulpa de la fruta en tu procesador o licuadora con un poco de agua para que no quede tan espeso y consúmelo diariamente.

El zumo de la papaya es muy valorado dentro de las dietas para perder peso. Dado el poderío que tiene ese fruto para ayudar al organismo a normalizar las funciones digestivas, su consumo diario en una dieta equilibrada puede terminar siendo un excelente remedio casero para adelgazar. Y mucho más si lo combinas con ejercicios y otras prácticas relacionadas a la pérdida de peso.

El zumo de la papaya es muy valorado porque permite normalizar y tener en buen funcionamiento a todo el sistema digestivo. De esta manera, el organismo asimila bien los nutrientes, permitiendo que todo se realice dentro de los parámetros normales.

El zumo de la papaya está siendo cada vez más empleado como remedio casero para perder peso. Obviamente, la papaya no hace milagros y solamente te servirá si haces una dieta equilibrada y realizas ejercicios. De lo contrario, no te resultará de gran ayuda.


Información nutricional de la papaya (por 150 g.)

0 g. de Grasa.
19 g. de Carbohidratos.
2 g. de Fibra.
9 g. de Azúcares.
70 calorías.
0 g. de Proteínas.

Media Papaya cubre el 150% de nuestras necesidades diarias de Vitamina C (supera incluso a naranjas, limones y pomelos).

Su coloración anaranjada nos avisa que es rica en beta carotenos.

La papaya está cargada de nutrientes, incluyendo vitamina A, vitamina C, complejo B, potasio, magnesio, fibra, ácido fólico y pequeñas cantidades de calcio y Hierro.


SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer” (Génesis 1:29). “He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6), “¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 corintios 6:19).

“Gracia y Paz”
Publicado por: Carlos Martínez M.
Fuente: Tu Salud Pura Vida y En buenas manos.

GUARDAOS DE LOS PERROS


Filipenses 3:1-8
“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro. Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.

Los conceptos bíblicos que sustentaba el gran apóstol Pablo con respecto a la Obra de Dios y al ministerio cristiano, son realmente admirables y contundentes, este iluminado hombre de Dios no confundía las cosas, al mismo tiempo que se hacía débil, para ganar a los débiles, era también muy cuidadoso y escrupuloso con los que traían deshonra a la bendita causa de Cristo, y exhortaba a los hermanos a apartarse de los tales. Al mismo tiempo que era tierno y blando, como la que cría, por el bien de los cristianos fieles, también era inflexible y riguroso con los falsos creyentes a quienes llama corruptos, hinchados, locos, contenciosos.

Al mismo tiempo que quería presentar o entregar la Iglesia a Cristo como una virgen pura, también estuvo dispuesto a entregar a Satanás a aquel impío y lascivo que estaba dentro de la Iglesia de Corinto. Al mismo tiempo que se refería a sus colaboradores y ministros fieles llamándoles hijos, y tenía estrecha comunión con ellos, así también exhortaba firmemente en contra de los falsos predicadores, diciendo: “Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo”, Filipenses 3:2.

Según el diccionario una perrada es una acción villana, una traición; una perrera es una rabieta; una perrería es un conjunto de mala gente; una muerte de perros es morir sin arrepentirse. ¿Por qué San Pablo usa el término de perros para los falsos hermanos y falsos predicadores? Este calificativo era usado desde mucho antes de San Pablo, para personas viles e indignas, y fue aplicado por el Espíritu Santo de la misma manera en el A.T. En Isaías 56:10-11 son llamados “perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado”. En el Salmo 22:16 que es un salmo mesiánico, el Espíritu Santo usa al salmista David, para llamar perros a los que crucificaron a Cristo, y dicen: “Porque perros me han rodeado; me han cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies”.

Y anteayer y ayer los hubo; hoy de que los hay, los hay; y mañana también habrá perros, o sea malos obreros. Hay quienes dicen ser grandes profetas y profetizas, pero los tales espantan y desparraman las ovejas, pues se ha visto en ellos torpeza, cometen adulterio, andan en mentiras (Jeremías 23:2,14). "Os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová”, Jeremías 23:16; y así con sus falsos mensajes se llevan miembros de otras congregaciones, se quedan con el dinero de los incautos, rompen matrimonios legítimos y los recasan con otras personas, y con relación a los tales es que San Pablo advierte: “Guardaos de los perros”.

Hay los que se creen ser grandes maestros, pero"sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman" (1 Timoteo 1:7). Que con “hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia" (1 Timoteo 4:2). "Maestros conforme a sus propias concupiscencias" (2 Timoteo 4:3). “Trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene" (Tito 1:11). Estos falsos maestros siempre tienen una carnada de una y que otra verdad bíblica, y luego vienen con una variedad de medias verdades, de aparentes verdades, abundancia de interpretaciones propias y convencionales, y un semillero de falacias y de engaños con ropaje de amor, de compasión, de comprensión y humanismo; pero los tales traen sobre sí mismos perdición acelerada (2 Pedro 2:11). Y no olvidemos que con relación a estos falsos maestros San Pablo amonesta: “Guardaos de los perros”.

Hay quienes se consideran a sí mismos ser grandes pastores, pero no alimentan el rebaño del Señor, con la verdadera Palabra de Dios y con la Sana Doctrina, no apacientan la Iglesia del Señor; la cual Él ganó con su propia sangre (Hechos 20:28). Lo que le dan a los rebaños son interpretaciones humanas, dogmas, tradiciones, ceremonias, ritualismos, vanas filosofías, intelectualismo, humanismo, himnos con ritmos mundanos y sensuales, música de tierra adentro y de cielo afuera;quese apacientan asímismos, mientras las ovejas se desparraman por falta de pastor (Ezequiel 34:2, 9). Trasquilan la gorda y no corroboran a las flacas (Ezequiel 34:3 y 21). Son perros mudos, soñolientos, aman el dormir, no conocen altura, todos ellos miran a sus caminos, cada uno a su provecho (Isaías 56:10-11). Lobos rapaces que se enseñorean del rebaño del Señor (Hechos 20:29). Estos también caen bajo la severa sentencia de San Pablo: “Guardaos de los perros”.

Hay quienes se autoproclaman como grandes evangelistas, y aun muchos recién convertidos que, o porque fueron libertados de la drogadicción, o porque actuaron en televisión, o porque fueroncompositores y cantantes profesionales en el mundo creen que eso les da derecho y credencial de grandes evangelistas intercoloniales, interestatales, interdenominacionales, internacionales, intercontinentales, interplanetarios con los viajes espaciales, y hasta interesados; pero casi siempre su obra es quemada, pues no permanece (1 Corintios 3:14, 15); y tienen la piedad por ganancia (1 Timoteo 6:5-9); los tales no sirven al Señor Jesucristo, sino a sus vientres, y con suaves palabras engañan a los corazones de los ingenuos (Romanos 16:18); sienten lo terreno cuyo dios es el vientre, y cuyo fin será perdición (Filipenses 3:19). Pues son obreros fraudulentos (2 Corintios 11:4); que pervierten el Evangelio de Cristo (Gálatas 1:7); predican por envidia y contienda (Filipenses 1:15); y son enemigos de la cruz de Jesucristo (Filipenses 3:18); con razón San Pablo levanta la voz de alerta: “Guardaos de los perros”.

Estos malos obreros que son un escarnio, una ofensa para el Evangelio. Ellos pueden hacer ahora como les parece, enseñar como les plazca, actuar como les dé su regalada gana, vivir como quieran, pero por ahora el Señor nos orienta acerca de ellos, y nos dice: “No deis lo santo a los perros” (Mateo 7:6). El apóstol Pedro nos explica la situación de los tales, a los que abandonan la vida de consagración y de santidad, y se enredan otra vez en las cosas y contaminaciones del mundo; dice que les “ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito” (2 Pedro 2:22). Y el apóstol Juan en las visiones del Apocalipsis al mostrarle el Señor las glorias de la ciudad santa también le muestra el destino final y eterno de los tales y les dice: “Mas los perros estarán fuera” (Apocalipsis 22:15).

Es cierto que anteayer y ayer hubo malos obreros, y hoy también los hay y mañana los habrá, pero también es muy cierto que anteayer y ayer hubo, y hoy también los hay buenos obreros del Señor: fieles, dignos, santos, que honran al Señor Jesucristo, honran la Palabra de Dios, honran la Doctrina cristiana, honran el Evangelio, honran a la Iglesia, honran a su cónyuge, honran su hogar, honran a su familia, honran al gobierno y las leyes que no confligen con su amor, su devoción y su adoración a Dios. “Sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Pedro 2:9); “de los cuales el mundo no era digno” (Hebreos 11:38); y por cuanto este mundo de tanto conflicto y turbación y confusión no es lugar adecuado para que este linaje escogido, este pueblo santo siga viviendo en este mundo, el Señor Jesucristo le promete: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-3).

Y como son muchos los que creen que viviendo como a ellos se les antoje en el reino de los cielos, el Señor aclara “que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado” (Lucas 17:34-36); pues “no todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Puesto que muchos más le reclamarán al Señor diciendo: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de iniquidad” (Mateo 7:22-23).

Y este gran evento será repentino “porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:16-17). Y por cuanto estamos viviendo en los días del Señor, el cual va a levantar a los suyos, Él nos amonesta diciendo: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (Mateo 25:13). Aquí en este mundo hay mucha maldad, pecado, corrupción, injusticia, mentira, ira y engaño, pero el Señor va a llevar a sus redimidos a la gran ciudad celestial y “no entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27).


Hermano(a), Amigo(a), si deseas ser hecho ciudadano de esa gran ciudad eterna por medio del nuevo nacimiento, arrepiéntete de tus pecados y recibe a Cristo como tu gran Salvador, abre tu corazón en el nombre de Jesús.

Si te encuentras descarriado y no arreglas tu vida con Dios, si no te vuelves al Señor, serás dejado fuera; aprovecha estos instantes y reconcíliate con Dios. Hermano, si en tu vida hay algo que te impide seguir a Cristo, deja todo lo que tengas que dejar, no pierdas esta cita eterna con el Señor.

“Gracia y Paz”
Aprendiendo la Sana Doctrina

¿POR QUÉ HAY DESUNIÓN ENTRE LOS CRISTIANOS?


Juan 17:20-21
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.

En este pasaje, Jesús eleva una oración al Padre, que no es más que una súplica por la unidad de todos los cristianos. Fundamentalmente el término “Cristiano” significa “alguien que cree en Cristo y le sigue”. Aparece por primera vez en la Biblia en Hechos 11:25-26: “Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”.

Aquellos primeros cristianos, según nos relata el libro de los Hechos, siguieron fielmente las enseñanzas de Jesús, el cual, después de pasar tres años entrenando a sus discípulos y después de su muerte y resurrección, justo antes de ascender al cielo, les había dado la siguiente encomienda: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19-20).

Los discípulos cumplieron las órdenes de su líder y dedicaron sus vidas a predicar el evangelio. Lamentablemente, en algún momento entre aquellos primeros tiempos y nuestros tiempos surgieron diferentes interpretaciones del evangelio original y con ello las diferentes denominaciones, las cuales no han hecho más que crear división e ir en contra de las enseñanzas y los deseos de nuestro Señor. Actualmente, la única manera que tenemos de conocer exactamente aquellas enseñanzas de Jesús es leyendo la Biblia y clamando a Dios que nos dé discernimiento espiritual para entenderlas profundamente y compartirlas con los que nos rodean.

Una de los puntos más importantes que podemos aprender en la Palabra de Dios es que debemos estar concientes de nuestra identidad de hijos de Dios. La Biblia dice en Gálatas 4 que a través del sacrificio de Cristo somos redimidos y recibimos “la adopción de hijos de Dios” Y en Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” Es decir, todo aquel que ha creído en Cristo como su Salvador es hecho hijo de Dios. Por lo tanto, si Dios es tu papá y Dios es mi papá, tú y yo somos hermanos independientemente de la iglesia local a la que pertenezcamos. Esto es lo que dice la Biblia, y es por lo tanto el sentir del corazón de Dios.

Sabiendo que la unidad de todos los cristianos es el deseo del corazón de Dios, los líderes de las diferentes denominaciones debían hacer algo al respecto. Quizás podríamos comenzar obedeciendo al Señor cuando dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:34). Leer la Biblia diariamente es esencial para conocer la voluntad de Dios, lo que él espera de sus hijos y qué debemos hacer para “guardar todas las cosas que nos ha mandado.”

Mientras en el mundo hay otras religiones que predican el odio hacia aquellos que no creen como ellos, nosotros tenemos un Dios que no solamente nos motiva a amarnos unos a los otros, sino que nos dice que amemos a nuestros enemigos, porque él mismo “es amor”, dice 1 Juan 4:8. Y lo ha demostrado con creces al dar a su único Hijo por la salvación del mundo. Mientras los líderes o fundadores de todas esas religiones yacen en una tumba, nuestro líder el Señor Jesucristo, se levantó de la tumba la cual ahora está vacía, y él vive y vivirá para siempre. Esto debía ser motivo más que suficiente para, al menos, tratar de concentrarnos en las cosas comunes a todos y verdaderamente importantes, y dejar a un lado las diferencias que afectan la unidad tan deseada por Jesús.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego me des discernimiento espiritual para entender con toda claridad las enseñanzas de tu Hijo y aplicarlas a mi vida. Por favor, ayúdame a buscar constantemente la unidad con todos mis hermanos, para que tu nombre sea glorificado. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

ESCOLTA EN EL VALLE


1 Corintios 15:55
“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”

He oído personas que dicen: «No tengo miedo de morir porque sé que voy al cielo; ¡lo que me aterroriza es el proceso hasta llegar a la muerte!». Sí, como creyentes, anhelamos ir al cielo, pero quizá tengamos miedo de morir. Admitir esto no debe avergonzarnos. Es natural tenerle miedo al dolor que acompaña a la muerte, a separarnos de los seres amados, al posible empobrecimiento de nuestra familia y al remordimiento por las oportunidades terrenales perdidas.

¿Por qué los que han aceptado a Jesús como Salvador no deben temerle a la muerte? Porque Cristo resucitó de la tumba, y nosotros, que estamos en Él, también resucitaremos. Por esta razón, Pablo proclamó en 1 Corintios 15:56-57: «El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo».

El proceso de morir en sí es solo un paso que nos escolta a la eternidad con Dios. Cuando «[andemos] en valle de sombra de muerte», podemos confiar en la promesa de la Palabra de Dios: «tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento» (Salmo 23:4). Aquí la idea es que el Señor va a nuestro lado, y que nos consuela y nos guía mientras nos escolta por el oscuro valle hasta «la casa del Señor» (v. 6). Allí viviremos con Él para siempre, Amen.

La muerte es la última sombra antes del amanecer del cielo.

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LEA: Salmo 23

Biblia en un año: Mateo 8–11
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

EL ARREPENTIMIENTO VERDADERO


2 Corintios 7:8-10
“Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa, aunque entonces lo lamenté; porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó. Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”.

Porque deseamos ser más como Jesús, tomamos resoluciones, y tratamos de comportarnos de manera diferente. Sin embargo, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para complacer a Dios, caemos de nuevo en los hábitos viejos. Frustrados, podemos preguntarle: “¿Por qué no puedo cambiar?” Es porque vencer las actitudes y las conductas pecaminosas, comienza con un arrepentimiento verdadero, lo cual tiene tres aspectos.

Convicción. El Espíritu Santo nos revelará las áreas en las que hemos pecado, y nos acusará de pecado. El arrepentimiento comienza con comprender en qué cosa nos hemos descarriado.

Contrición. La tristeza genuina surge del conocimiento de que hemos pecado contra Él. La infelicidad humana tiene su origen, con frecuencia, en ser sorprendidos haciendo lo malo. Otras veces, nos sentimos desdichados debido a dónde nos han llevado nuestras decisiones, o por la vergüenza de lo que dirán los demás. La contrición verdadera es seguida por la confesión humilde.

Compromiso de actuar. El arrepentimiento verdadero es total cuando nos comprometemos de todo corazón a apartarnos de nuestra vieja conducta, y tratar de hacer lo bueno. Dios sabe que no viviremos perfectamente; lo que Él busca es un corazón rendido que quiera obedecerlo.

Pablo utilizó palabras fuertes cuando habló de apartarnos de la iniquidad: “Haced morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal” (Col 3.5 NVI). ¿Está arrepentido de verdad, y comprometido a dejar ese pecado de forma permanente? El Espíritu Santo le dará el poder para cambiar.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

LA ETERNIDAD DE LA PALABRA DE DIOS


Mateo 24:35
“El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”.

Vivimos en un mundo de cambios y de alteraciones. Nacimos, vivimos, soñamos, hacemos planes, esperamos, luchamos, sufrimos, y luego pasamos a otro mundo. Los astrónomos nos dicen que hasta las mismas estrellas en el cielo nacen, duran por muchos años, y al fin, se mueren, y luego nuevas estrellas repiten el mismo ciclo.

Todo lo que vemos nos impresiona con la naturaleza transitoria de todo lo que hay. Pero alabado sea El Señor, porque después de que todas las cosas creadas hayan dejado de existir, la Palabra de Dios quedará firme y fuerte. El reino de Dios perdurará después de que lo demás este aniquilado, y Jesucristo, La Palabra Viva, reinará para los siglos de los siglos. ¿Dónde estarás tú durante todo este tiempo?

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día