jueves, 31 de mayo de 2012

ALGUNAS PROPIEDADES DE LAS FRUTAS
Aguacate
 »Ayuda a adelgazar
 »Disminuye el azúcar en la sangre
 »Nutre las células cerebrales
 »Mejora la digestión de proteínas
 »Da energía y ayuda a la concentración
 »Es excelente para la piel

Albaricoque
 »Larga vida
 »Mejora el ánimo y la concentración
 »Trata la anemia
 »Fortalece la piel, el pelo y las uñas
 »Rejuvenece

Cerezas
 »Reducen la inflamación y la artritis
 »Mejoran la actividad intelectual
 »Eliminan desechos del hígado, riñones y piel
 »Rejuvenece

Ciruelas
 »Ayuda al metabolismo
 »Sirve como tranquilizante
 »Ayuda a combatir el estrés

Fresas
 »Calma la sed
 »Buen desintoxicante del cuerpo
 »Su azúcar se recomienda para los diabéticos
 »Fortalece la piel y el cabello
 »Combate el cáncer

Kiwi
 »Contiene antioxidantes que previenen el cáncer
 »Contiene fibra que ayuda a los diabéticos a mantener bajo control del azúcar
 »Alivia el asma
 »Protege la salud cardiovascular

Limón
 »Ataca infecciones
 »Fortalece el sistema inmunitario
 »Ayuda a perder peso
 »Previene várices y hemorroides
 »Fortalece el cabello, las uñas y la vista
 »Excelente antitranspirante
 »Acelera la cicatrización
 »Estimula la hormona de la felicidad

Mango
 »Protege al cuerpo de radicales libres y sustancias tóxicas
 »Revitaliza el metabolismo
 »Combate el estrés
 »Activa el libido
 »Ayuda a conciliar el sueño

Manzana
 »Mantiene una circulación saludable
 »Limpia el intestino
 »Disminuye el colesterol
 »Previene la formación de fermentos nocivos en el intestino
 »Protege y tonifica la piel

Melón
 »Estimula los genes y la inteligencia
 »Rejuvenece los huesos, los dientes, las uñas, el cabello y los ojos
 »Desintoxica los tejidos del cuerpo
 »Neutraliza los ácidos restantes de ciertas comidas que causan el colesterol
 »Beneficia el cerebro, el libido y la pigmentación del cabello
 »Mejora la concentración y el estado de ánimo
 »Previene el cáncer del colon
 »Mantiene sano el sistema inmunitario

Piña
 »La mejor fruta para mantener la salud general del cuerpo
 »Descongestiona el páncreas
 »Elimina la acumulación de agua en los tejidos
 »Mejora la circulación
 »Disminuye la presión arterial
 »Reduce las inflamaciones
 »Alivia los calambres menstruales

Uvas
 »Alivia el estreñimiento
 »Ayuda a perder peso
 »Limpian los riñones, la vejiga y las vías urinarias
 »Alivian la sensación de cansancio, la depresión y el nerviosismo
 »Evita el cáncer, los defectos congénitos y la anemia
 »Equilibran los excesos de la comida salada

SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; ¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 corintios 6:19); “He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6).

“Gracia y Paz”
Tomado de: Ana Estrada Rivera
La página información de salud.

LA VOZ DE JESÚS



Jeremías 38:20.
“Oye ahora la voz del Señor… y te irá bien y vivirás”.

Juan 10:27-28.
“Mis ovejas oyen mi voz… y yo les doy vida eterna”.

Si estamos en medio de una multitud, en la sala de espera de una estación de tren a una hora punta, con los oídos saturados por los ruidos y mil voces diferentes, sabemos cuán difícil es distinguir una voz entre las otras. Pero cada timbre de voz es único, al igual que las huellas dactilares o el ADN, que son verdaderas firmas de la persona. Eso es lo que nos permite reconocer la voz de quienes conocemos o amamos: cónyuge, hijos, padres, amigos…

Y la voz de Jesús, ¿no es una voz clara y reconocible entre el resto de voces? Es la voz que tranquiliza al que tiene temor o dudas, que anima y consuela en medio de la prueba y el dolor. La voz que Elías escuchó en el silencio del monte Horeb fue una voz apacible y delicada (1 Reyes 19:12).

Esa es la voz que escuchamos cuando hacemos callar el resto de las voces, es decir, cuando la escuchamos realmente. Esa también fue la voz que los discípulos reconocieron en medio de la tempestad, cuando Jesús les dijo: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Marcos 6:50). Esa es la voz del Pastor que guía a sus ovejas, las protege y también las reprende. Hoy en día, para oírla, nos basta leer la Biblia, la Palabra de Dios.

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:7). “El Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal” (Hechos 18:9-10).

“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

AGRADAR A DIOS

Salmo 149:4
“Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria.”

Nuestra condición humana nos hace adoradores. Adoramos muchas cosas del mundo y nos embobamos con cosas superfluas que nos llevan a nada, que son efímeras y transitorias. Pronto nos aburrimos de poseerlas y queremos nuevas cosas para volver a adorar.

Agradar a Dios se conoce como “la verdadera adoración.” El propósito primario de la vida debiera ser “agradar a Dios” y todo lo que hagas debiera ser para complacerlo a Él, como en un acto de adoración. La adoración no es lo que hacemos con nuestros labios: es lo que hacemos con nuestra vida. Todas nuestras acciones, los cantos, las oraciones y las alabanzas son en vano, si no van unidas a un cambio y compromiso personal. No hay lugar para espectadores en la adoración. La adoración pasiva es una incongruencia. La verdadera adoración es ofrecer nuestra vida para agradar a Dios. En el nombre de Jesús, amén y amén.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

LA BUENA BATALLA

Será más fácil batallar, si entendemos de manera correcta por qué Pablo le llama: LA BUENA BATALLA.

Primero: es una buena batalla porque el enemigo de nuestro gozo es malvado. El enemigo es la incredulidad, y las fuerzas satánicas que hay detrás de ella y los pecados que vienen con ella. Cuando nosotros nos preparamos para combatir las fuerzas que tratan de hacer que nos deleitemos en nosotros mismos o en nuestros logros, o en nuestras posesiones más que en Dios, nosotros nos oponemos a un enemigo muy malvado. Por lo tanto, es una buena batalla.

Segundo: es una buena batalla porque no somos abandonados a nuestra propia fuerza en la batalla. Si así fuera, como dice Martin Lutero: “Nuestros esfuerzos estarían perdidos”. En otras palabras, cuando un hijo de Dios lucha por el gozo en Dios, el mismo Dios es el que está detrás de esa batalla, dándonos la determinación y el poder para derrotar al enemigo (Fil. 2:12-13). No somos abandonados a nuestra suerte para sostener el gozo de la fe. Dios pelea por nosotros y en nosotros. Por lo tanto, la batalla de la fe es una buena batalla.

Tercero: es una buena batalla porque no es una lucha para llevar una carga, sino una lucha para permitir que alguien lleve una carga por nosotros. La vida de gozo en Dios no es una vida cargada de peso. Es una vida aligerada. La batalla por el gozo es la batalla de confiar en Dios con las cargas de la vida. Es una batalla para ser libres de la preocupación. Es una batalla por la esperanza, la paz y el gozo, los cuales están amenazados por la incredulidad y la duda en las promesas de Dios. Y como libertad, la esperanza, la paz y el gozo son cosas buenas, la batalla para preservarlos es buena.

Cuarto: la batalla de la fe es buena porque, a diferencia de la mayoría de las batallas, no implica exaltación, sino humillación. La mayoría de las batallas no son buenas porque son un orgulloso intento de probar nuestra propia fuerza a costa de otras personas. Pero la batalla por el gozo es justamente lo opuesto. Es una forma de decir que somos débiles y necesitamos desesperadamente la misericordia de Dios. Por lo tanto, la lucha por el gozo es una buena batalla.

Quinto: la batalla por la fe es buena porque por ella Dios es grandemente glorificado. Cuando nos dedicamos a resistir al poder idolatra de cada anhelo, cada deseo, cada placer que no es de Dios, entonces Dios es exaltado como el Tesoro supremo de nuestra vida. Batallar contra todo gozo extraño evidencia que conocemos el infinito valor de Dios. Por lo tanto, la batalla por el gozo es una buena batalla.

Que Dios nos permita poder decir lo que Pablo dijo al final de su vida: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” 2 Timoteo 4:7. Conservar la fe por toda la vida es el resultado de pelear la buena batalla por toda la vida, y por lo tanto también poder decir: “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” 2 Timoteo 4:8. Por lo tanto, esta batalla de por vida es una buena batalla por el gozo; una muy buena batalla.

“Gracia y Paz”

CONFÍE

Salmo 142:1-3 “Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda”.

En los últimos días yo he estado meditando en los Salmos 142 y 143. Yo le recomiendo a usted que se dé tiempo para leer estos poderosos Salmos para animar su fe.

Yo estaba interesado en lo que David estaba atravesando cuando dijo, “Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda” (142:3). Él repite esto en el verso 143:4, “Y mi espíritu se angustió dentro de mí; está desolado mi corazón.” David le está diciendo a Dios, “Me estoy ahogando en problemas. Estoy siendo atacado por mis enemigos. Esto me está afligiendo.” Él clamó al Señor, “Escucha mi clamor porque estoy muy afligido…Saca mi alma de la cárcel” (142:6-7).

Amado, estas palabras fueron escritas para nuestro beneficio, para nuestra instrucción. Aquí hay ánimo para todos los del pueblo de Dios que están abrumados por los problemas y las aflicciones. Algunos se están ahogando en problemas financieros, sobrecargados con deudas. Multitudes de creyentes preciosos están luchando para cumplir con sus obligaciones. Muchas viudas y parejas de edad apenas pueden sobrevivir.

Muy a menudo he sido acusado de ser muy pesimista, muy negativo. Las personas dicen que nadie quiere escuchar malas noticias, que dejan de escuchar a cualquier predicador que habla de sufrimiento, dolor y problemas. Pero la verdad es que, la mayoría de nosotros vivimos en un mundo donde la vida puede ser a veces muy abrumadora. Como David, enfrentamos cantidades inmensas de problemas; somos afligidos aún en nuestra justicia. Soportamos enfermedades, muertes de nuestro seres queridos, tiempos de confusión, sin saber qué hacer. Enfrentamos ataques demoniacos de Satanás contra nuestra fe.

Es durante nuestros tiempos de aflicción que aprendemos a buscar a Dios y aprendemos a clamar en nuestro dolor. David dijo, “Delante de él expondré mi queja, delante de él manifestaré mi angustia” (142:2). “Respóndeme por tu verdad, por tu justicia” (143:1). ¿Está usted ahora abrumado por las circunstancias en su vida? Haga lo que hizo David: 

· “Extendí mis manos a ti, mi alma a ti como la tierra sedienta” (143:6).

· “No escondas de mí tu rostro…Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma” (143:9-11).

· “Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; en ti me refugio. Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. Por tu buen nombre, oh Jehová, me vivificarás; por tu justicia sacarás mi alma de angustia” (143:9-11).

Anímese. ¡Dios tiene todo bajo control! Él suplirá su necesidad en el momento exacto.

“Gracia y Paz”
(David Wilkerson)

¿Estás viendo lo que Dios te enseña?

Romanos 15:4
“Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.”

Las palabras habladas se pueden olvidar o se pueden modificar cuando se repiten. Sin embargo, las palabras escritas no dependen de la memoria y no se pueden cambiar ni ignorar fácilmente. Por eso se da tanta importancia a poner en “blanco y negro” los acuerdos o contratos a los que dos o más partes han llegado después de un cierto tiempo de negociaciones. De esta manera hay la seguridad de que lo acordado no estará sujeto a cambios.

Dios conoce la importancia de escribir sus palabras para las futuras generaciones. En el Antiguo Testamento, cuando el Señor habló al pueblo de Israel, dijo a sus profetas que escribiesen lo que él les había mostrado. Por ejemplo, después de haber derrotado a Amalec y su ejército en Refidim, Dios le dijo a Moisés: “Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.” (Éxodo 17:4). Esto quedaría escrito para que, de generación en generación, todos supieran lo que les esperaba a los enemigos del pueblo de Dios.

En Jeremías 36:2-3 Dios le dice al profeta: “Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado.” En esta ocasión, lo escrito fue una fuerte advertencia contra el rebelde pueblo de Israel, y el Señor les está dando una oportunidad de arrepentirse y cambiar la dirección que llevaban. Entonces, él perdonaría su maldad y su pecado.

El profeta Habacuc se quejaba con Dios por la maldad del mundo y la aparente indiferencia del Señor ante los abusos cometidos por los impíos sobre los justos. Mientras esperaba la respuesta a su queja, el profeta declaró: “Velaré para ver lo que se me dirá.” (Habacuc 2:1). Entonces Dios le mostró una visión de lo que sucedería más adelante, y le dijo: “Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.” Y a través de los siglos hasta nuestros tiempos ha permanecido esta palabra escrita.

También Dios le mostró al profeta Isaías una clara visión del futuro, e igualmente le mandó a que escribiera para las futuras generaciones lo que él había visto. Dios le dijo: “Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre.” (Isaías 30:8-9).

En el Nuevo Testamento, leemos en 2 Timoteo 3:16 que “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” También el pasaje de hoy dice que todo lo que está escrito en la Biblia es para nuestra enseñanza, a fin de que aprendamos a tener paciencia, y que por medio del consuelo que encontremos en esta santa palabra “tengamos esperanza.”

Jesús les dijo a sus discípulos: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63). Cuando leemos la Biblia, no estamos leyendo un libro cualquiera. Es la Palabra de Dios, “viva y eficaz”, es el Espíritu Santo hablándonos y haciéndonos “ver” la voluntad de Dios, sus respuestas a nuestras preguntas, sus enseñanzas, sus instrucciones para vivir una vida de victoria y de esperanza.

¿Quieres realmente ver lo que Dios tiene que decirte? Busca el rostro del Señor en oración diariamente, escudriña su Palabra en busca de vida y esperanza, mantente, como Habacuc, firme y velando para ver lo que se te dirá. Y recibirás la respuesta que estás esperando de una forma clara y precisa.

ORACIÓN:
Amante Padre celestial, te doy gracias por tu Palabra porque es espíritu y es vida. Por favor dame un oído fino y una visión clara para escuchar y ver lo que tú quieres enseñarme. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y paz”
Dios te Habla

EL BIEN Y LA MISERICORDIA


Salmo 23:6
“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.”

“El bien y la misericordia le seguirán todos los días de su vida”. Es exactamente lo que afirma el Salmo 23:6. Jesús le sigue con su llamado de salvación, y Él continuará detrás de usted. Su bien y misericordia son dos perros pastores que siguen al rebaño para asegurar una jornada segura hasta llegar al destino final del Buen Pastor.

¿Cuántas veces ha dudado de la provisión del Señor y se ha preguntado si Él verdaderamente le ama? Sin lugar a dudas, sino con toda seguridad su bien y misericordia nos siguen. Sí, podemos tropezar, mas Él nos levantará.

¿Cómo cambiaría su estilo de vida si supiera que “el bien y misericordia de Dios” le siguen a cada paso? ¿Cómo trataría a otros?

“Gracia y Paz”
(Adrián Rogers)

Cómo responder ante los halagos

Proverbios 27:21
“El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro, Y al hombre la boca del que lo alaba”.

¿Cómo responde usted cuando alguien le halaga? A algunas personas les encanta ser reconocidas porque les levantan el ánimo y las hacen sentir valiosas. Otras se sienten incómodas. Dirigen la mirada hacia el piso, o dan razones de por qué no merecen realmente tales reconocimientos.

Para los cristianos, hay otro dilema. Somos llamados a ser humildes; entonces, ¿qué debemos hacer cuando otros digan cosas buenas de nosotros? Debido a que el orgullo está siempre esperando para levantar su desagradable cabeza, tenemos que tener cuidado de no permitir que nos afecten. Algunos creyentes piensan que aceptar una felicitación es señal de orgullo, por lo que hacen un gran espectáculo dando toda la gloria a Dios. Eso está bien, si es realmente lo que hay en sus corazones, pero muchas veces eso se convierte en una reacción dirigida a impresionar a los demás.

Mi consejo es simplemente que diga: “Muchas gracias”. Después, ore dando gracias por la bendición, reconociendo que cualquier cosa digna de alabanza viene de Dios, al final de cuentas. Si usted se sintió animado, hágale saber a la persona que el comentario fue una bendición para usted. Si recibe elogios por un logro que fue realmente el esfuerzo de un grupo, asegúrese de redirigir el reconocimiento a todos los que estuvieron involucrados. Una bendición se disfruta siempre más cuando es compartida.

Somos probados mediante las alabanzas que nos dan. Cada halago que llegue a nuestros oídos debe redirigirse de inmediato al Padre celestial. Si nos aferramos a ese halago, el veneno del orgullo invadirá nuestros corazones. Pero si damos la alabanza a Dios, la humildad se alojará en nuestras almas.

“Gracia y Paz”

Proverbios 4:18
"Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto."

Hay un dicho que dice que “el roble grande viene de nuez chiquita”. Cuando una persona se entrega a Cristo, probablemente no va a haber ninguna celebración grande, ni multitudes gritando; pero aquella persona es destinada a ir del polvo a la gloria, de crisálida a mariposa, de humilde pecador a un ser glorioso que por el momento ni podemos formar un concepto.

La medianoche oscura no nos da una indicación de la mañana clara y brillante; pero todos los verdaderos creyentes en Jesús serán “transformados de gloria en gloria en la misma imagen” 2 Corintios 3:18.

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” 1 Juan 3:2. Jesús dijo que en aquel día “los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” Mateo 13:43.

“Gracia y Paz”

Este es el día que el Señor ha hecho

Salmo 118:24
“Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él.”

Un día me encontraba en la fila de una tienda de provisiones detrás de un hombre que estaba pagando su compra. Cuando terminó, el empleado lo despidió diciendo alegremente: “¡Qué tenga muy buen día!”

Para sorpresa del empleado (y mía también), el hombre explotó en ira: “Éste es uno de los peores días de mi vida -gritó-. ¿Cómo voy a tener muy buen día?” Y con eso salió de la tienda estallando en cólera.

Comprendo la frustración de ese hombre; yo también he tenido días “malos” sobre los cuales no tengo control. ¿Cómo puedo tener muy buen día -me pregunto- cuando no tengo control sobre ello?

Entonces recuerdo estas palabras: “Este es el día que el Señor ha hecho” (Salmo 118:24).

El Señor ha hecho todos los días, y mi Padre va a demostrar hoy Su fuerza a mi favor. Él tiene control sobre todas las cosas en él, hasta las cosas difíciles que me van a pasar. Todos los acontecimientos han pasado por Su sabiduría y amor, y son oportunidades que yo tengo de crecer en la fe. “Para siempre es su misericordia” (v.1). “El Señor está a mi favor; no temeré” (v.6).

Ahora, cuando la gente me despide deseándome muy buen día, contesto: “Yo no tengo control sobre eso, pero doy gracias a Dios por lo que sea que suceda, y me regocijo. . . pues este es el día que el Señor ha hecho.”

ORACIÓN: Gracias Señor por las muestras de Tu amor. Gracias porque de Ti viene todo y Tu eres un Dios de amor que nos bendices en todo momento. Permíteme Señor que en este día pueda ser un medio de Tu amor. En el nombre de Cristo, amén.

“Gracia y Paz”

(Ritchie Pugliese)